MIND-ZAPPING

Uso a los medios y no medios de uso.

Un aviso corporativo que cambia tu vida, un e-mail diseñado para vos, tomando los datos psicogeográficos y demográficos que vos nunca diste. Segmentaciones de marketing que te conocen y clasifican mejor que tus amigos. La decisión de un gerente que destruye la manera de vivir de miles de personas.

Donde Cagliostro uso hipnosis y Salomón sellos, ellos usan slogans y signos.

Ellos proveen tus acciones, gustos y respuestas. La tecnología orientada a la magia, ya no es mas un bizarro juguete de los tecno-paganos, ahora pertenece al estratagema empresarial, es un arma del pensamiento positivo y la programación neurolingüística, aplicando el poder de nombrar y definir a través de sus canales de información, y sus logos corporativos como sus sellos de poder. El logo o marca, como cualquier sello mágico es una condensación, de simbologías que la corporación intenta representar, es la única representación visible de la fuerza que representa. Podés ver a las corporaciones como formas de vida pensantes y las páginas amarillas como libro de invocaciones. O simplemente engañarte con sus comerciales.

Las marcas y los logos son los sellos de invocación, que paralizan y dominan las mentes de los dormidos. El uso de programación neurolinguistica y estrategias de mercado similares son sin lugar a dudas el equivalente actual de la escuela de brujería. Cientos de años atrás, uno necesitaba saciar su sed (y para lograrlo invocaba, digamos al espíritu elemental del agua Metraton) realizando los cánticos, bailes y los sellos correspondientes, hoy en vez de eso, representamos en nuestra mente el nombre de la marca (Sprite) y la consumimos con similar obediencia. ¿Quién es el más dependiente?

El mundo está dominado por grandes entidades. Era tras era, cambian su apariencia, pero el mundo sigue girando, y por ende es el mismo, las cosas cambiaron, pero son iguales. Hoy el poder de ellas está totalmente ligado a la información, como antes lo estuvo a la razón, o a las tierras.

La información era antaño un privilegio de ciertas castas, y era aceptado así, el clero contenía la mayoría de la información en casi todas las culturas hasta finalizado el medioevo. El estado era la imagen del cielo en la tierra hasta hace un par de siglos. Hoy consiste en la administración de imágenes e ideas. Ya no es una “fuerza”, sino la desmembrada conducción de información. Así como la cosmología justificó la dominación Babilonia, la ciencia moderna sirve a los fines de la “infocracia”.

Hoy en día se nos intenta enseñar que tenemos acceso a la información, que el gobierno y los medios pretenden informarnos y mostrarnos todo para llevarnos a una completitud mental. Pero esto es solo una falacia. La cantidad de información que se produce diariamente es claramente superior al nivel de análisis de ningún humano, gran parte de la data es contaminada o suprimida, el factor político y las conveniencias cambian los contenidos de un medio a otro.

Hoy no sabemos nada, y la prueba de eso es que creemos saber todo. Y al mismo tiempo, los medios son estrellas o dioses de la masa. Casi todas las vidas son ajustadas de una manera u otra para encajar en el horario de un programa de TV, engañan a la gente con una complicidad de pertenencia, al ver u oír una misma emisión de información, creen pertenecer a un grupo, a una elite, como antaño eran aquellos que podían comentar los últimos libros editados, o el diario. Pero a decir verdad es una acción separadora, reclusiva que “clava” a la gente frente una realidad producida por otro.

De esta manera hay una falsa idea de conocimiento que de verdad encapsula un estado de adormecimiento no más favorable que el que se podía encontrar en el medioevo. Las agencias de inteligencia, las campañas de publicidad, el exceso de información y la distracción de la atención, son las herramientas que mediatizan cada día más, el pensar del hombre civilizado.

La realidad visual, es una realidad emocional. La clase social está muerta, la literatura clásica es una reliquia, el esoterismo es una moda, la opinión publica tomó la consistencia de la plastilina, las conversaciones han sido fragmentadas y contaminadas transformando palabras y significados verdaderos en clichés y slogans.

Los medios, utilizan los sentidos, en especial la imagen y el sonido, para inducirnos en un sueño dentro del sueño, uno fabricado masivamente, creado para condicionar y no para liberar. Amparados detrás de una falsa veracidad, lo dicho por la televisión es palabra santa para la gran mayoría de la masa, quien adora y respeta la imagen de un hombre detrás de una pantalla como antaño se respetaban a los sabios.

Estamos en crisis, y como nuestro reflejo, la sociedad también lo está. Condenados por nuestra dieta diaria de imágenes de terror, asesinato, crimen, falsedad, codicia, corrupción, antiespiritualidad, o falacia seudoreligiosa, falta de esperanza, etc. La muerte vende, por que el dinero es la sexualidad de la muerte.

El bombardeo constante de todas esas imágenes refuerza condicionamientos e impiden despertar del sueño de la cotidianidad, influencian a través del ejemplo, crean nuevos arquetipos que guían al rebaño a un control casi absoluto. La critica a “la cultura de la imagen” es a la vez una defensa a la magia. En efecto, por ejemplo los más grandes productores de imágenes: la TV y la computadora; son máquinas jeroglíficas, (simbiosis de imagen y significado semiótico) y para mí, de aquí deviene la apariencia mágica que tiene para el subconsciente humano.

Esto explica también por qué, los emblemas de cualquier tipo tienen tanta importancia en múltiples niveles de conciencia. Y el por qué de su rápida fusión con el humano. Entiéndanse logotipos, marcas, insignias, semáforos, sellos mágicos, etc.

Cada persona toma parte en una “relación de involución” con la simulación espectacular de los Medios. Esto es, nuestra “relación” con los Medios es esencialmente vacía e ilusoria, así que incluso cuando nos parece que estamos llegando más allá y percibiendo “la realidad” en los Medios, de hecho estamos siendo obligados a retroceder sobre nosotros mismos, alienados, aislados, impotentes.

El fenómeno de mediatización es casi tan viejo como el virus de la civilización, la red de información no depende para su existencia de la tecnología mediática. Lo que en principio fue una mediación entre el jefe tribal y sus inferiores vía “boca-a-boca”, evolucionó en carteles, el correo, y constituyendo así redes de información que después se deformaron en grandes potencias con poder para desaparecer a ese original jefe tribal y su tribu con solo 4 segundos de tanda publicitaria. El paleolítico fue la ultima temporada de pre-trabajo (sociedad original del ocio). El neolítico arruina todo cuando se comienza con el deseo de mercancías (excedentes agrícolas), inevitablemente se pasa a la producción del deseo (industria), y de ahí, casi inmediatamente termina con la implosión e imposición del deseo (publicidad). No en vano el contenido de los medios es llamado:”programación”.

El ocio moderno, es simplemente un subconjunto del Trabajo (de ahí su mercantilización) Todo proyecto por la liberación de este aspecto que permanezca enmarañado en la matriz del Trabajo sólo puede conducir a la mercantilización del deseo.

La clave no es el tipo o el nivel de la tecnología implicada, sino lo amplio de su estructura, para dar un uso benéfico a los medios, no deben ser controlados por nadie, o al menos no por pocos bolsillos, por lo tanto en esta Era de ruido constante, es necesario crear una red de medios que permitan mostrar aquello que nadie se atreve, o bien utilizar las redes existentes de nueva manera.

Pero para resignificar el mediatismo, hay que cambiar nuestra percepción de los medios, ver que su arsenal consiste en un gran conocimiento de la psiquis humana. Sabe donde tocar, para inducir necesidades, hábitos y modas, lo que uno piensa al ver dos arcos dorados formando una “M” no es casualidad. El mediático es un arte mágico que es utilizado para programar, para penetrar en la mente subconsciente, para causar que una persona haga algo que no haría si este estímulo no existiese. Y se maneja exactamente igual que como se construyen los rituales. Ahora no todas las líneas están trazadas en el espacio-tiempo. Algunas existen sólo en un plano mediático, incluso aunque se entrecrucen con tiempos y lugares reales. Espacios que existen, o túneles libres como canales con estática, o radios sin emisión, son la clave de un nuevo canal de energía que podría experimentarse sin fin predecible.

Una publicidad en la calle induce a ver un programa; viendo ese programa la tanda induce al consumo de los auspiciantes, al nunca bien ponderado merchandising y a otros programas; a su vez lo que consumen tanto directamente como indirectamente los lleva a buscar núcleos sociales de gente con la misma lobotomía… (digo gustos) y así los prepara para la próxima rueda de consumo donde el producto puede ser una moda o un estilo de vida.

Al tener la atención captada, la posibilidad de discernir es casi nula. Así los espectadores, absorben cantidades industriales de símbolos e imágenes sin ser elaboradas y después la regurgitan en el accionar diario.

Todos estamos bajo la hipnosis de los medios, por ejemplo, se ha convertido en un tópico decir que la sociedad ya no expresa un consenso, sino que un falso consenso es expresado para la sociedad; llamemos a este falso consenso “la totalidad”.

Esta falsa “totalidad” es producida a través de la mediación y la alienación, que intentan subsumir o absorber todas las energías creativas para la Totalidad. Todos estos efectos pueden ser rastreados con la mayor obviedad y crudeza en el área llamada “los Medios”.

Si el espectral hermetismo de la totalidad consiste en la imagen de “totalidad”, entonces debemos resistirnos al iconoclasismo y luchar contra la pantalla (como interfase mediática), y la ya universal concepción bidimensional de la vida, placer, estética, muerte, medicina, justicia, educación, trabajo, noticias y cultura, etc., que es lo que nos impone la bandera de “lo total”… lo in mediatizado es hoy por hoy triste sinónimo de lo inimaginado. Lo que se mantiene inpresentado, es virtualmente irreal para nosotros, dejando un minúsculo lugar para la conciencia.



Roy Khalidbahn