ÉRASE UNA VEZ UN ANDROIDE

Hay diversión, pero no felicidad
Hay que buscar pensamientos felices
Abnegar, o sea juntar voluntad (will)
Transformar esa energía.

El tercer circuito cerebral crea el maya, desde ahí se pierde la gracia del contacto con Dios, comemos del árbol del conocimiento y formamos túneles de realidad que son símbolos, pero que, con la evolución, terminan siendo palabras. Estas crean a su vez, la dicotomía aristotélica de calificar / descalificar, sobre la cual se basa la programación social.

Lo que dicta en todo momento las reacciones del sujeto, es la grabación de impresiones, experiencias y conocimientos que lleva en sus células cerebrales y que constituye una especie de cinta magnetofónica, que gobernará su conducta. Esta grabación ha sido realizada por influencias externas al individuo, de manera que, su personalidad, que es el conjunto de grabaciones celulares, viene a constituir algo así como una proyección de los valores de la sociedad.

Cada individuo es un verdadero androide construido por sus padres, las circunstancias, el medio ambiente, la educación, y la influencia de otras mentes. Este androide, como buen robot, sólo podrá actuar combinando aquellos datos o circuitos que le han sido implantados por estas influencias externas. Su yo queda totalmente obliterado e impedido de actuar en medio de esta maraña de circuitos. Sus reacciones serán, por lo tanto, dictadas por otras mentes y por fuerzas extrañas a “él mismo”. ¿Puede entonces considerarse libre y con voluntad propia? Todo lo analizará de acuerdo con esta escala de valores y por ello, estará imposibilitado de conocer la verdad.- La gente es binaria, se mueve como un péndulo entre la rotulación, el definir. Entre blanco y negro del gusto privado. Nunca se está en “el medio”: el fin de una cosa, es el principio de otra, todo es un péndulo. Sólo se puede salir de la dualidad y de la vida circular, quedándose en el medio.

Todos los opuestos son subjetivos, se debe estar en el medio totalmente. Las fuerzas activas y pasivas, deben tener su reconciliante. En ese punto medio, está la verdad.

Siempre que hay una cognición de la realidad física, las distintas regiones del cerebro muestran una sincronía de fase y frecuencia en los patrones que activan las neuronas individuales, en diferentes partes del cerebro. Sin este proceso llamado ATENCIÓN, no distinguiría a personas conocidas, de tu mascota; ni a tu propio rostro cuando pasaras por un espejo, ni podríamos percibir nada más allá de puntos, líneas dispersas, luces y sombras, o sea, señales electromagnéticas puras que se encienden o apagan, fenómeno definido por la ciencia, como un campo de descargas eléctricas caótico, dinámico y no lineal.

La función de la ATENCIÓN es ordenar por medio del sistema nervioso, esta gran mancha de Rorschach, en patrones de forma, sonidos, olor o sabor, componentes de un sistema altamente ordenado, que se manifiesta tanto como un mundo observado y un sistema nervioso, a través del cual, ese mundo es observado. Esta es la RAIZ DE LA INTENCIÓN. No se puede desear algo que no sabemos que existe, o algo que no nos interesa (darle atención).

El cerebro es una máquina que sólo puede generar interrupciones o premoniciones. Distorsiones en probabilidades espacio-temporales.

El NINGUNISMO ataca, con su misma existencia, la iconolatría predominante en la sociedad contemporánea, al eludir cualquier sistematización ideal, resignificando sus tácticas tan pronto como son nombradas, representadas o mediatizadas y generando una nueva lógica post aristotélica, que remueva el error del esencialismo de nuestras reacciones neurolinguísticas (habla y pensamiento.)

El NINGUNISMO, debido a su mutable conjunto de contenidos teóricos y prácticos no puede, quiere ni debe ser asociado a una definición, ya que al entrar al discurso social, cualquier asociación de personas cuya finalidad sea vista como una amenaza para la ilusión de totalidad y su monopolio del significado, sería asociada de forma automática a alguna categoría específicamente seleccionada, para asustar a la gente o confundirla.

Por lo tanto, ningún sistema de relaciones funcionaría, excepto que sea parte de un modelo horizontal, que no requiera de una jerarquía estricta para organizar y retroalimentar a sus miembros.

Partiendo que las acciones ningunistas tienen características no-lineales y están desprovistas (en su mayoría) de repercusión mediática o de algún otro tipo, se generó un lugar de intercambio donde, cada elemento del sistema (independiente de los otros) aporte información que genere una sinergia que articule una rica estructura interactiva la cual retroalimente los proyectos grupales y personales, a la vez que mantenga cohesionadas a las células.

Teniendo en cuenta que, el NINGUNISMO no es una organización, proyecto o sistema, vale decir, que no existe realmente, por ende no cabe desarrollar conexión alguna con los insurrectos, porque repito: No existe el Ningunismo. El NINGUNISMO es una habilidad psicokinética que se logra a través de una lucha, NO como revolución, sino como INSURRECCION contra la cotidianeidad.

La diaria contienda usando medios (que son fines en cierto sentido) como poemas invocando la propaganda del absurdo; koans orientales; lápidas abandonadas en parques, arte en calidad de fotocopias bajo el limpiaparabrisas de los coches; consignas pegadas por doquier; símbolos arcanos grafiteados que muten el paisaje urbano en nuestro pequeño salón de juegos; cartas anónimas enviadas a destinatarios al azar; cadenas insólitas por e-mail; una charla de café con toque socrático; una poesía llena de añoranza; un beso apasionado; una quimera de peluche; y un sin fin de otras acciones desvinculadas de toda estructura convencional, que cambien el gris del mundo que nos hacen ver, por algo vasto y a la vez, personal.

¡NO crímenes contra los cuerpos, ni contra uno mismo o contra otros! El ataque es contra el único sistema al cual tiene sentido atacar: el sistema nervioso humano y lo en él inculcado, mediatizado, regurgitado. Por eso el NINGUNISMO es un estado mental que permite -a quienes lo practican- alcanzar una interpretación autárquica de la realidad y por consiguiente, la liberación de la alucinación que fomenta día a día la identificación y sometimiento de inmensos (mayoritarios) sectores de la juventud a normas inaplicables e incompatibles con su genuina realización personal, las cuales son fomentadas por sus propios sistemas de escape ya sean éstos: vicios, música, pantallas, modas…



Roy Khalidbahn
Nota: El escrito original de Roy no estaba titulado, se lo nombro “Érase una vez un androide” para su mejor identificación.